Reseña: Manual del perfecto infiel - Wilmar Javier Díaz Santamaría

 

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Título original: Manual del perfecto infiel

Autor: Wilmar Javier Díaz Santamaría

Páginas: 222

Editorial: Atenea

 Esteban, típico marido, hombre de bien; Juan Carlos un jodido. Amigos del alma comparten el karma del matrimonio, uno ha sobrevivido dándole manejo al asunto, el otro ha permitido la dominación total de su vida. ¿Qué hay detrás de las relaciones que duran años? El segundo no cree que sea amor, sino una puerta de escape que necesita cierta habilidad para abrirse sin ser descubierto.

Muchas veces solo necesitas una noche de copas con un amigo, hablar de todo lo que pueda estar mortificando tu ser y aclarar tus ideas para poder continuar con tu vida, o por lo menos parte de ella. 

En esta historia, nos encontraremos con dos amigos (Esteban y Juan Carlos) quienes tienen diferentes perspectivas de la vida. Esteban es un hombre muy entregado a su profesión, y con unos valores muy fundamentados en el respeto al amor y el compromiso con su familia; sin embargo, todo no es color de rosa, pues aún cuando él busca y quiere que su matrimonio perdure, siempre habrá algo que le haga tropezar. Mientras que Juan Carlos es más libre de hacer lo que quiera, ama a su esposa y la respeta por la manera en que ella lo respeta. Para este último amigo todo resulta más "fácil" sin importar qué tipo de problema se le pueda presentar, pues ha decidido siempre ser él dándose, tanto a él como a su esposa, todo el espacio que necesita para poder encontrar la felicidad. También tendremos la dicha de conocer July, una mujer que, por cosas de la vida, le tocó trabajar como prostituta en un bar "de mala muerte" en un "barrio de mala muerte", y a quien en su suerte deberá atender la mesa en la que se encuentran estos amigos. 

Un poco de spoiler en este párrafo, así que por favor omítelo de ser necesario. Quizá para hablar entre amigos el lugar resulte ser algo excéntrico, pero hay razones de peso para que se encuentren en ese sitio. Durante la velada, Esteban intentará descubrir en qué está fallando él para intentar mejorar, o por lo menos convencerse de que la situación no es como lo parece. Aún tiene esperanzas de que todo mejore. Pero Juan Carlos nos ayudará de descubrir el verdadero rostro de un infiel a través de su filosofía de vida y de lo que ha aprendido en el transcurso de su búsqueda de la felicidad.

En realidad, no soy de leer mucha literatura colombiana (le fallo a mi patria en esto), pero agradezco a Babelio, a la editorial Atenea y a la vida por permitirme leer esta obra de Wilmar en el momento justo. Con esta historia te enganchas sí o sí; pues en lo personal, solo me tomó menos de dos días leerlo, ya que no paraba en ningún punto de lo buena que estaba la conversación entre estos amigos (me sentía que me contaban un chisme 😅). Lo disfruté como hacía mucho tiempo no lograba disfrutar una lectura. 

Haber leído la información del autor que aparece en la solapa del libro, me sugirió la idea de cuando puntos o característica debería tener un infiel para ser perfecto. Y no me equivoqué; prácticamente son los mandamientos o leyes del infiel. JA, JA, JA. Algo que me causó mucha curiosidad es la manera en que el autor utiliza como recurso citas de canciones y las va desglosando. Lo sé, con eso pareciera que uno se fuese a aburrir de la lectura, pero NO; lo hace mucho más entretenida y te lleva a querer reflexionar acerca de ciertos temas, no solo matrimoniales, sino de lo visible de las matices que se presentan en la sociedad colombiana. Para una gran parte de las mujeres (especialmente las que tienen un pensamiento feminista muy bien estructurado), este libro les parecerá machista desde muchísimos ángulos, y lo es indiscutiblemente, pero también es cierto que es imposible dejar a un lado, en una historia tan cruda como esta, la educación con la que nos hicieron crecer a los más mayores. No obstante, también es cierto que en este libro se expresa la manera en que las mujeres han salido adelante y cómo han impuesto la igualdad de género en una sociedad machista.

En cuanto a los personajes, cada uno tiene una personalidad característica y fácil de entender. Sus comportamientos, considero, fueron los adecuados frente a la situación en la que se encontraban y nunca dejaron de ser lo que los caracterizaba. Y lo mejor, el autor no necesitó recurrir a muchos para traernos esta obra. Las ilustraciones que nos presenta Juan Camilo también son hermosas y le dan un toque sensacional. Con ellas me sentí leyendo un libro infantil para adultos (what???!!! ¿Pero... qué acabas de escribir Suly?). Me agradaron mucho esas ilustraciones y gracias a ella obtuve la foto anterior, en donde supongo se trató de ilustrar a la esposa de Esteban.

Lo más impactante es el final; este los dejará con un sin sabor.

Definitivamente esta historia entra a mi top de lecturas para recomendar toda la vida. Me tomó más tiempo hacer esta reseña que leerme el libro y es porque precisamente mis sentimientos aún están encontrados y siento que no le estoy haciendo justicia total al valor que tiene. ¿Seguiré leyendo más historias de Wilmar? Por supuesto. Con este primer libro quedé encantada de su pluma. Tan real y tan versátil al tiempo que no quiero perderme de sus palabras; convirtiéndose en el segundo escritor colombiano que me inspira a seguir leyendo colombiano.